Cuando extraviamos nuestro smartphone, el pánico es total. También tenemos una relación íntima con él. De ahí que no nos guste dejarlo en otras manos. ¿Puede entonces compararse a un objeto de transición? ¿Sería como un oso de peluche digital?
Cuando extraviamos nuestro smartphone, el pánico es total. También tenemos una relación íntima con él. De ahí que no nos guste dejarlo en otras manos. ¿Puede entonces compararse a un objeto de transición? ¿Sería como un oso de peluche digital?