La trampa: la persecución del objetivo equivocado. El comportamiento de los sistemas es especialmente sensible a los objetivos de los bucles de retroalimentación. Si los objetivos —que indican el cumplimiento de las reglas— se definen de manera imprecisa o incompleta, puede suceder que el sistema funcione obedientemente para generar un resultado que en realidad no se pretendía ni se deseaba. La solución. Especificar indicadores y objetivos que reflejen el bienestar real del sistema. Prestar una atención especial para no confundir el esfuerzo con el resultado, o el sistema acabará produciendo esfuerzo, no resultados.