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  • Libro: El poder del desorden

    Incitar a los médicos a que hicieran cesáreas no era seguramente la intención de Virginia Apgar


  • Libro: El poder del desorden

    Este problema se denomina «sobreajuste», que es lo que ocurre cuando un análisis estadístico detallado se ajusta servilmente a los datos históricos.


  • Libro: El poder del desorden

    Este problema tiene un nombre: la paradoja de la automatización.


  • Libro: El poder del desorden

    El objetivo de Blair de limitar el tiempo de espera obligó a los médicos de familia a rehusar las citas rutinarias. La ciencia forestal redujo la biodiversidad y mermó el bienestar de los campesinos locales. El test para recién nacidos de Virginia Apgar indujo a los obstetras a practicar más cesáreas. Los boletines de calificación animaron a los cirujanos cardíacos a implantar bypass a pacientes que no lo necesitaban. En cada uno de estos casos, intentar medir el rendimiento o convertirlo en un objetivo explícito tuvo efectos secundarios sorprendentes e indeseados.


  • Libro: El poder del desorden

    Schwerfällig


  • Libro: El poder del desorden

    Este objetivo pronto se volvió en contra del primer ministro. Durante la campaña electoral de 2005, el elocuente Blair acabó balbuciendo frente a una votante corriente en un debate televisado. La queja de Diana Church era simple: después de la visita, su médico se había negado a darle una cita de seguimiento para la semana siguiente. «Tienes que pasarte tres horas al teléfono por la mañana intentando que te den una cita porque no te permiten pedirla antes», protestó mientras el primer ministro no podía hacer otra que quedarse estupefacto. Después, Diana explicó por qué. La señora Church y su médico detectaron el fallo que Blair había pasado por alto. Un médico puede maximizar las probabilidades de cumplir con el objetivo de dar una cita en cuarenta y ocho horas si no satura su agenda. Cualquier cita por adelantado es un obstáculo potencial a un caso urgente, de modo que se prohibieron las citas por adelantado. Los pacientes tenían que llamar a la clínica cada día, y esperar y rezar por que les dieran cita. Los que lo lograban, casi sin ninguna duda la tendrían en las siguientes cuarenta y ocho horas. Pero, los que no lo lograran, no quedarían registrados en el sistema porque no se habría dejado constancia de su petición. Había más posibilidades de que los médicos cumplieran el objetivo, pero la calidad del servicio cayó por los suelos.


  • Libro: El poder del desorden

    Los inconvenientes de imponer objetivos demasiado específicos en un mundo caótico


  • Libro: El poder del desorden

    El problema es que cuando empezamos a cuantificar y medirlo todo, enseguida comenzamos a cambiar el mundo para que encaje en nuestra forma de medirlo.


  • Libro: El poder del desorden

    Rápido, barato y flexible: estos tres beneficios deberían ser suficientes para convencernos de que el proceso caótico de la improvisación tiene ventajas sobre las alternativas más ordenadas y estructuradas.


  • Libro: El poder del desorden

    Otro beneficio claro es la flexibilidad. Cuando he escrito que «improvisar es perder el control», no he dicho toda la verdad. Pocas veces tenemos un control completo. Más bien, tenemos una reconfortante ilusión de control.