Pensemos en el siguiente dilema moral: una compañía desarrolla una aplicación que tiene acceso a todas las conversaciones y textos escritos en el teléfono. Este programa puede dar una señal de alarma cuando detecta que hay riesgo de que una persona se suicide en las próximas horas o días. El programa es muy eficaz. Solo de forma muy esporádica da una falsa alarma, y es extremadamente infrecuente que haya un suicidio sin que esta inteligencia lo haya advertido y haya dado el aviso. La pregunta es ¿lo instalarías en tu teléfono? ¿Y en el de tus seres queridos?