Según Simon, los humanos no somos optimizadores omniscientes, racionales. Somos, más bien, «satisfactores» imperfectos: intentamos satisfacer nuestras necesidades suficientemente antes de tomar la siguiente decisión.
Según Simon, los humanos no somos optimizadores omniscientes, racionales. Somos, más bien, «satisfactores» imperfectos: intentamos satisfacer nuestras necesidades suficientemente antes de tomar la siguiente decisión.